El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha dejado claro que su principal objetivo al asumir el cargo en enero será implementar una política migratoria más restrictiva y endurecida.
Entre las medidas que planea adoptar se encuentra la eliminación de dos herramientas clave que actualmente permiten el acceso de miles de migrantes a Estados Unidos: el parole humanitario y la aplicación CBP One.
El fin del parole humanitario: una decisión controvertida
El parole humanitario ha sido utilizado desde la administración Biden como una vía para permitir el ingreso legal y temporal de migrantes de países como Cuba, Venezuela, Nicaragua y Haití.
Este programa ha beneficiado a más de 530,000 personas que han ingresado bajo la condición de contar con un patrocinador en Estados Unidos. Sin embargo, la nueva administración republicana considera este programa como una muestra de debilidad en el control de la frontera y pretende eliminarlo, según fuentes cercanas al equipo de transición de Trump.
CBP One: una herramienta en peligro
Otra de las principales medidas que se prevé eliminar es la aplicación CBP One, diseñada para gestionar las citas de migrantes solicitantes de asilo.
Esta aplicación ha sido vista como una forma de controlar de manera más eficiente el ingreso de personas al país, pero ha generado críticas tanto desde los sectores republicanos como de organizaciones de derechos humanos. Para los republicanos, la app facilita la entrada acelerada de migrantes, mientras que organismos como Amnistía Internacional la consideran una limitación a los derechos de los solicitantes de asilo.
Desafíos legales y posibles obstáculos
Aunque la eliminación del parole humanitario y la aplicación CBP One tiene el respaldo de la administración entrante, estas medidas no estarán exentas de desafíos legales.
Según Ismael Labrador, abogado de inmigración, es posible que se presenten demandas que bloqueen temporalmente la implementación de estas políticas, como ocurrió en el pasado con el Estatuto de Protección Temporal (TPS). Para evitar estos obstáculos, algunos asesores cercanos a Trump han sugerido que la administración podría declarar una emergencia nacional, lo que les permitiría utilizar recursos militares para implementar políticas de deportación más estrictas y controlar de manera más rígida la frontera.
Aumento de cruces irregulares y preocupaciones humanitarias
La noticia de estas nuevas políticas ha provocado un incremento en los cruces ilegales hacia Estados Unidos.
Muchos migrantes temen que, al entrar en vigor las nuevas restricciones, se les cierre la posibilidad de obtener un parole humanitario o utilizar CBP One para regularizar su ingreso. Mientras tanto, los defensores de los derechos humanos han expresado su preocupación por el impacto que estas medidas puedan tener en las condiciones de los migrantes.
La eliminación de estos programas podría dejar a miles de personas sin opciones legales para ingresar al país y aumentar su vulnerabilidad, en particular para quienes buscan asilo.
Impacto de las nuevas políticas en la inmigración
El plan migratorio de Trump tiene como objetivo reducir tanto la inmigración legal como irregular a Estados Unidos, implementando un sistema más riguroso de deportaciones y control fronterizo.
Aunque el camino hacia la implementación de estas políticas estará marcado por controversias y desafíos legales, Trump ha dejado claro que considera estas medidas como fundamentales para garantizar la seguridad nacional y restaurar el control sobre las fronteras de Estados Unidos. Se espera que, a medida que avance su mandato, estas políticas generen un intenso debate a nivel nacional e internacional.