Conocer de primera mano detalles de la vida y obra de la reconocida actriz cubana Coralita Veloz en todo un privilegio.
En esta ocasión reproducimos íntegramente una entrevista que le realizaran las periodistas Thalia Fuentes e Irene Pérez, publicada en el apartado Rostros del arte del portal digital Cubadebate.
Conversar con Coralia Veloz Fernández es un placer. Abrió las puertas de su casa y platicamos poco más de una hora. Así, tan jovial como si nos conociera de toda la vida. Coralita es de la vieja escuela, de las que prefieren los libretos impresos para ojearlos, tacharlos y agregarle comentarios. Es que, según ella, esa es una experiencia única.
Cree que la actuación es una cuestión de genes, algo que llevas dentro y es imposible escapar. Coralia nació en La Habana, el 4 de noviembre de 1949, y aunque es hija de los famosos actores y cantantes Ramón Veloz y Coralia Fernández, actuar fue decisión propia. Pero, no por gusto dicen que hijo de gato caza ratón.
Según cuenta, moría de miedo cuando ponían cualquier obra en la que participaba en la televisión. Sus padres eran los primeros en sentarse frente a la pantalla, de seguro orgullosos de en quién se había convertido su hija. La aconsejaban, “esto lo podías hacer de esta manera, o de aquella”. Siempre, desde el amor.
¿Cómo reacciona cuando tiene todas las miradas puestas en usted?
“Con tremenda pena”
¿Y cuando nadie la mira?
“Me siento más suelta. Me siento más yo y puedo hacer cualquier cosa”
¿Cómo la definen otras personas?
“No sé. Tengo muy buenos amigos, a lo mejor me quieren un poquito y me definen muy bien”.
¿Cómo se define usted?
“En primer lugar, como una persona normal, que quiere a sus amigos, a su familia. Soy adicta a mis amistades y recibo ese amor. No resisto las mentiras, es algo que me saca de mí. Soy familiar, receptiva a los problemas que tengan los demás, aunque no sea para resolverlos, sino simplemente para apoyarlos”.
¿Por qué la actuación? ¿Influyó venir de una familia cultural?
“Empecé de niña. Continúe mis estudios e incluso dejé el mundo de las tablas porque quería ser aeromoza. Estudiaba francés en una escuela de idiomas y un día faltaron unos cuentos profesores de español y empecé a dar clases. No quería ser profesora y volví para la actuación. Estaba muy jovencita.
“Mis padres ni influyeron, ni me quitaron la idea. Así hemos sido todos en esta cadena, mis hijas, mis sobrinos. Ahora mismo a mi nieta le encanta cantar y lo hace muy bien, aunque no ha tomado clases de música. Todas las carreras le deben gustar a la persona que la asume, y esta también es una de ellas. Tiene que nacer, nada se debe de imponer.
“Yo quería hacerme por mí y no por mis padres. Ellos siempre respetaron eso. Mi carrera la hice yo, con mi trabajo, con mi esfuerzo, con mucho estudio y dedicación, porque es así como se hace”.
¿Cómo recuerda su niñez?
“Mis primeros años de vida fueron muy lindos porque mis padres fueron personas familiares. Nunca perdieron ese amor por la familia, pese a todo el trabajo que tenían en la televisión, la radio y el cabaret. Las navidades eran un pretexto para reunir la familia. Con ellos recorrimos toda la isla. Primero, fuimos mi hermano y yo y después se sumaron los nietos”.
¿Cuál es la decisión u proyecto que haya tomado y se sienta más orgullosa?
“Tener a mis dos hijas y decidir actuar. La vida que he tomado me hace sentir orgullosa”.
¿Cuál es el fallo más grande que ha cometido en su vida?
“No sé. Nunca me he planteado esa pregunta”.
¿Qué le gustaría hacer que no esté haciendo ahora mismo?
“Empezar a trabajar ya. Hay proyectos pendientes. Quiero tener mi vida activa de nuevo”.
¿Cuál es su mayor sueño?
“Nunca he soñado en grande. He tenido los sueños de cualquier persona, ver a sus hijos y a mis nietos encaminarse. Que tengan una vida linda y agradable y que pasen lo menos posible malos momentos”.
A Coralia Veloz le gustan los personajes problemáticos y difíciles. “Cuando tenía la edad no me gustaban las damitas jóvenes, aunque fueran las protagonistas y la trama girara alrededor de ellas. Me parecían aburridas. Empezaban sufriendo mucho toda la novela y al final eran felices. Me gustan los personajes que me preocupan, que estoy haciendo una cosa, cojo miedo, voy de nuevo al libreto y empiezo a repasar”.
Si le preguntas cuál ha sido el personaje que más le ha costado hacer, no sabe decir. Para ella, todos merecen un respeto profundo. “Cada papel es una vida nueva y por tanto le dedico la mía completa. Todos han sido importantes y bonitos. El más largo ha sido el del serial ‘Día y Noche’, que iba a durar unos cuantos capítulos y a petición del público siguió”.
Coralita se ganó el cariño del pueblo de Cuba con la capitana Isabel. Fueron 10 años en la pantalla cubana. “Cuando empezamos el público me veía y me decía la policía. Ahora ha venido la jueza ‘De amores y esperanzas’. También es un personaje precioso y el público me identifica”.
¿Cómo le gustaría que la recordaran cuando ya no esté?
“Con alegría. Si, así, con alegría”
¿Cuál es su mayor defecto?
“No poder decir mentiras. Como no me gustan que me las digan no las puedo decir”.
¿Y virtud?
“La misma. Al revés”
¿Qué le gusta hacer en su tiempo libre?
“Ejercicios. Me gusta la casa, pero el ejercicio, coger calle y caminar, definitivamente, es lo que más me agrada”.
¿Cuál ha sido su personaje favorito?
“La señorita Julia fue un personaje muy lindo. También trabajé en ‘Las Tres hermanas” del ruso Antón Chéjov”.
Entre el cine, la televisión, la radio y el teatro, ¿cuál elige?
“No prefiero uno en particular. Los cuatro medios son totalmente diferentes. Empecé en la radio y le tengo amor justo por eso. Es un medio que no se parece a ninguno, porque lo tienes que dar todo con la voz, tus estados de ánimo, si te vistes de una forma u otra. Respeto muchísimo cada uno de estos medios”.
¿Cuán difícil ha sido llevar a la par familia-trabajo?
“No me ha resultado difícil porque siempre hemos estado unidos como familia y como artistas. Cuando salía algún teatro mío en la televisión, me moría de miedo de que mis padres lo vieran y por supuesto, eran los primeros que se sentaban frente a la pantalla. Siempre me aconsejaban. Con mis hijas ha sido igual”.
¿A qué le tiene miedo?
“A quedarme encerrada en un elevador. Le tengo pánico”
Si llegara una persona nueva a su vida, ¿qué puede hacer para llegar a conocerla mejor?
“Conversar”.
Si todo desapareciera y pudiera rescatar solo una cosa, ¿que sería?
“El amor”
Si pudiera comenzar desde cero, ¿qué cambiaría?
“Debe haber algo que pudiera cambiar, pero ahora mismo no sé”.
¿Qué consejo le daría a su versión de hace 10 años?
“No le diría nada. Que haga lo que hice para que viva”.
En la carrera de Coralia Veloz no ha existido un momento que haya marcado un antes y un después. “Mi carrera ha crecido con el tiempo, haciendo cada vez papeles más importantes. Tampoco ha sido lineal, sino una en la que me he ganado poco a poco el cariño del público”.
No tiene como tal un paradigma a seguir en la actuación, aunque confiesa que tuvo la oportunidad de compartir y ver en escena a Margarita Balboa, Gina Cabrera, y a otras grandes de la escena en Cuba. “No he pasado ninguna escuela de actuación, pero siempre digo que todas ellas fueron mis maestras. Las veía como se proyectaban, todo lo que decían y así aprendí”.
Si le preguntas si existe algún papel que haya anhelado hacer y no pudo, responde que no. “A estas alturas, menos mal”. Y sí, como a muchas artistas adora los personajes de villana. “En ‘Mi prima Raquel’ interpreté un papel donde era malísima. Fue interesante, porque qué bueno ser mala”.
Según narra cuando empezó con el personaje se enteró que estaba embarazada de María Carla, su hija más pequeña. “Vázquez Gallo, el director, se alarmó, pero le dije que se tranquilizaba, que yo seguía con el papel. Las diseñadoras de vestuario siempre me escogieron ropas que se pudieran ir abriendo y me cambiaban el cuello para simular vestidos diferentes. Todos los meses había que darle un poquito más de ancho. Fue lindo”.
Dos meses luego de dar a luz, Vázquez Gallo la llamó para que comenzara a trabajar en ‘Mi primo Basilio’. “Imagínate, súper curioso, dos primos, uno empezando la barriga y otro cuando la terminé. Empecé hacer ejercicios e hicimos esa novela junto a Gerardo Riverón”.
¿Cuáles son sus principios y valores sagrados?
“La honestidad y la justicia”.
¿Qué es aquello por lo cual moriría?
“Por mis hijas”.
¿Ha pensado alguna vez en tomarse un año sabático?
“No, qué va. Me muero de aburrimiento”.
Al terminar esta entrevista, ¿qué tres cosas debería llevarme sobre usted?
“Mi agradecimiento. El deseo de regresar y un cafecito si quieren”.
¿Cuáles cree que sean sus características como actriz que la han posicionado en la preferencia del público?
“Asumiendo que soy preferida por el público- sonríe- creo que es la sinceridad y honestidad con que me entrego y trabajo cada personaje. Debe ser eso”.
¿Qué significa la actuación para Coralia Veloz?
“La actuación es mi vida. Desde niña hacía novelas. Y todavía estoy en esto. Me ha regalado el amor y respeto del pueblo. Estoy agradecida con este público que me quiere tanto”.
De no ser actriz, ¿qué sería?
“No sé. Quise ser tantas cosas. Bueno, no tantas. Aeromoza, profesora tal vez. No sé qué sería, porque no se hacer otra cosa más que actuar”.
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