Icono del sitio Cuba a Pulso

Historia real de “Loquimbiri Gutiérrez” interpretado por Denys Ramos

Historia real de Loquimbiri Gutiérrez interpretado Denys Ramos

Historia real de Loquimbiri Gutiérrez interpretado Denys Ramos

Sin lugar a dudas el actor cubano Denys Ramos vuelve a causar sensación con su más reciente interpretación del personaje Loquimbiri Gutiérrez.

El capítulo 22 de la novela cubana Tan Lejos y Tan Cerca ha estremecido las redes con opiniones en su gran mayoría favorables; y todo sobre las primeras escenas de Denys Ramos con el Señor Gutiérrez.

Según se ha constatado en la historia de la telenovela, Loquimbiri Gutiérrez es un señor con dificultades mentales que deambula por las calles de la ciudad; y fue contagiado por la pandemia que ha azotado al mundo recientemente.

En ese contexto, miles de cubanos de las redes sociales han identificado al personaje como Manolito el del Vedado, un señor con estas características conocido por los residentes aledaños a 23 y 12.

Así lo narró Ramon Lezcano a través de la página en Facebook Telenovelas en Cuba, historia que compartimos a continuación.

Historia real del personaje “Loquimbiri Gutiérrez”

Recuerdo hace más de 30 años a Manolito desde que empezó a deambular por la zona de 23 y 12. Era apenas un adolescente, delgado y rubio; imberbe y sin espejuelos.
 
Fue un niño que nació con retraso mental moderado. Su mamá lo abandonó a él y sus hermanos para irse a los EEUU. En sus inicios siempre anduvo muy bien cuidado, se ve que su familia o alguien velaba por su apariencia; luego, un poco mayor, hubo épocas donde se le vio algo descuidado.
 
Siempre le acompañó su gusto por la música, por imitar sonidos de diferentes animales; sirenas de carros patrulleros, por simular que hablaba en otros idiomas. Y cuando cantaba imitaba el sonido de la radio cuando mueves el dial para sintonizar otra emisora. Eso me daba muchísima gracia por la originalidad e inocencia casi infantil.  Su mejor frase: “¡Manténgase en sintonía con Mazorra!“.
 
Al inicio no, pero luego consiguió unos audífonos donde supuestamente escuchaba música de un pequeño reproductor portátil de casetes; y más tarde de discos compactos que irremediablemente terminaba roto en pedazos. Y su creación más genuina que lo identifica… la gorra sin visera.
 
Las personas que le conocen le regalan gorras frecuentemente, pero este le elimina las viseras. Es verdad que siempre le vi alegre, comunicativo y respetuoso. Aparentaba disfrutar saber que entretenía a las personas con sus ocurrencias.
 
De alguna manera pasó a ser parte de los personajes populares que, como el legendario Caballero de París, habitaron el espacio y conforman el imaginario público de esta zona del Vedado.

Imagen de la página en Facebook Telenovelas en Cuba

Te puede interesar

Salir de la versión móvil