El parole humanitario, que permitió a miles de inmigrantes de Cuba, Venezuela, Haití y Nicaragua ingresar legalmente a Estados Unidos, enfrenta un inminente fin con su expiración programada para enero de 2025.
Esta situación ha generado preocupación entre los beneficiarios, quienes ahora se enfrentan a la posibilidad de ser deportados si no logran regularizar su estatus antes de que el programa concluya.
¿Qué es el Parole Humanitario?
Implementado en 2022 por la administración de Joe Biden, el parole humanitario permitió a más de 500,000 personas vivir y trabajar legalmente en EE.UU. durante un período de dos años.
Este programa se creó como respuesta a la crisis migratoria creciente, brindando a los migrantes la oportunidad de escapar de situaciones difíciles en sus países de origen. Sin embargo, su fecha de vencimiento se acerca rápidamente.
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Consecuencias de la expiración
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) ha advertido que aquellos beneficiarios que no regularicen su estatus antes de la expiración del parole humanitario podrían ser deportados.
Este escenario pone en riesgo a miles de inmigrantes que han llegado legalmente y ahora se encuentran en una situación de incertidumbre.
Los migrantes de Cuba, Venezuela, Haití y Nicaragua son los más afectados por esta medida. Aquellos que ingresaron al país en octubre de 2022 verán su permiso expirar en breve. Ello les obligará a buscar otras opciones de permanencia legal en EE.UU.
Opciones para evitar la deportación
Para los cubanos, existe la posibilidad de acogerse a la Ley de Ajuste Cubano, que les permite solicitar la residencia permanente tras un año y un día de estancia en el país.
Por otro lado, los migrantes de Venezuela y Haití pueden optar por el Estatus de Protección Temporal (TPS), que brinda protección contra la deportación, aunque no otorga la ciudadanía.
Sin embargo, los nicaragüenses enfrentan una situación más compleja, ya que no cuentan con la misma ampliación del TPS.
Un futuro incierto
El final del parole humanitario ha sido un tema de especulación durante meses. En agosto, el DHS suspendió temporalmente el programa tras descubrir un aumento en las solicitudes de patrocinio fraudulentas, aunque este se reanudó más tarde.
Sin embargo, la incertidumbre sobre su futuro persiste y deja a los beneficiarios en una situación precaria.
Con la expiración del programa en el horizonte, los inmigrantes beneficiarios deben encontrar alternativas para regularizar su estatus y evitar la deportación en los próximos meses.
Las autoridades han señalado que quienes no logren hacerlo podrían enfrentarse a procesos de deportación, dejando a muchos en una angustiante espera por respuestas.